No mires debajo de la cama
No mirar debajo de la cama era el consejo que Tomas recordaba de su hermano mayor, pues debajo de ella, había monstruos, criaturas extrañas en busca de niños curiosos para saborear o raptar, esperando usarlos como mascota en el mundo oscuro. Con una advertencia así, se mantenía a raya, y por supuesto muy asustado. Pedía que lo acompañaran hasta el pie del mueble, o pasaba corriendo, saltando desde lo más lejos posible tratando así de evitar que algo le tomara de los pies. Una noche, sin querer, de tanto moverse, la manta se corrió un poco, y sintió el frio, quiso jalarla, pero al parecer estaba atorada con algo, en el segundo intento puso tanta fuerza, que pegado a la cobija, vino también aquello que la detenía, se trataba de una mujercita graciosa, con apariencia de anciana en miniatura . Esta señora le daba golpes al niño para que soltara la manta, pero lejos de herirlo, le causaban cosquillas, ya que lo hacía con una diminuta rama que le servía de bastón. Desp...